CIO

Director de Sistemas, el trabajo más odiado

Primero vamos a definir que es un Director de Sistemas, no es más que el máximo responsable de un departamento de informática y de IT, también llamado CIO (Chief Information Officer), es el máximo responsable de la división de informática de una compañía y debería depender del Director General, pero muchos de ellos aun dependen del Director Financiero, antigua herencia de cuando las compañías se compraban el primer ordenador, que eran excesivamente caros y dedicados para temas financieros, pero los tiempos evolucionan y las costumbres no.

Pero nos centraremos en la lista de los 10 trabajos más odiados según Forbes, entre los que se encuentran muchos relacionados con la Informática.

1- Director de Sistemas
Aunque muchos Directores de Sistemas, sobre todo en empresas grandes,  tienen un gran poder sobre su destino, no están satisfechos con su trabajo. Las razones, el nepotismo (enchufismo sin tener en cuenta la capacidad ni la lealtad), el intercambio de favores y la falta de respeto a su figura, esto según Forbes, pero mi opinión personal es diferente, en España, donde al depender de un Director Financiero (la mayoría de veces), TI se ve como un gasto al que hay que recortar sin tener en cuenta el impacto estratégico que puede causar.

2- Director de Ventas
En segunda posición ventas, generalmente de quejan del poco desarrollo de sus puestos y por la falta de crecimiento, pero no especifica si es de carrera profesional o de ventas por la crisis actual.

3- Product Manager
Una vez alcanzan este puesto, se estancan, el trabajo se hace monótono y aburrido y hay pocas posibilidades de crecimiento.

4- Desarrollador Web Senior
El trabajo de un desarrollador Web es tan complicado (tecnologías, estándares,  modelos, diseño, …) y tan poco valorado que suele ser frustrante cuando alguien comenta “mi hijo de 14 años también hace páginas Web”, y seguro que si apila 4 tochos es arquitecto.

5- Técnico especialista
Un técnico siempre trabajará de lo que está especializado y acumulará mucha experiencia, pero no están valorados, y el trato que se les suele dar es de “abandono” por parte de la dirección.

6- Técnico electrónico
Poca motivación, horarios, falta de crecimiento personal y hostilidad mutua entre compañeros.

7- Secretario jurídico
Aunque el trabajo está bien valorado, las jornadas suelen ser largas y agotadoras, además muchas veces han de soportar ciertos “caprichos“ de clientes y superiores.

8- Soporte informático
Mantener la calma cuando alguien llama por teléfono presa del pánico porque algo no funciona, cuando en realidad lo que no funciona es la persona. Poca motivación, un trabajo simple sin nada de valor añadido y un profesional muy poco valorado, me sorprende que esté en el puesto 8.

Odio mi trabajo
Viñeta extraida de Cuanto Cabrón (http://www.cuantocabron.com/inglip/asteriscos)

9- Operador de máquinas
Antes un artesano se especializaba e iba creciendo, a medida que se ha industrializado el proceso, se han incorporado máquinas en las que los artesanos pasan a ser operarios que ponen la materia prima por un lado y sale el producto por el otro.  Trabajos con poco desarrollo profesional.

10- Director de Marketing
Generalmente se quejan de una falta de objetivos. No hay más datos.

En resumen, muchos de estos puestos son cualificados, ¿qué está pasando? En gran medida la estructura jerárquica, la burocracia y el no saber hacia dónde van. Un estudio de Deloitte señala que la vida de las empresas desciende año a año, si hace 50 años la vida media de una empresa eran 75 años, hoy en día son 15 y en un futuro no muy lejano a 5 años. Los trabajadores se desaniman, los clientes perciben la frustración y la empresa no prospera.

Las empresas tienen que adaptarse a estos tiempos de océanos rojos, si se estancan mueren comidas por la competencia que continuamente busca superarse innovando y manteniendo a los clientes contentos, así los empleados también lo estarán todos irán a una.

«No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio.»

Charles Darwin